bebiendo de tus labios

Caminamos de la mano, tiritando como estrellas... fue una noche mágica, como un resplandor con aire de ficción. Llorabas entre mis brazos por mi partida y yo estúpido embelesado de tus jugarretas ¿por qué querías que me quede si ya tenías tu palabra comprometida?

 Ilusionado por mi propio engaño, me quedé ahí a tu lado... un sueño cumplido, que nació como abortivo. ¿Fuí débil? Fuí un tonto mas bien, porque durante el consuelo te daba, tus labios de lleno se encontraron con los mios, choque mágico, instante obscuro, era como desdoblar del cuerpo el alma. ¿así se siente el calor del amor furtivo? Mi mente flasheaba, no debía estar pasando esto, si había evitado acercarme más a ti, fue para no destasar tu cuerpo, ya el deseo me consumió desde el principio, que poder de autocontrol debo admitir y heme aquí, jugando con fuego...

Mis impulsos me dominaban ya, ese tu sabor y esa tu humedad acompañada de tu lengua traviesa.... ¿por qué tuvo que nacer muerto? Ese primer beso nació ajeno de compromiso, porque según tu muela era tu alma pero tú cuerpo y tus labios ya eran de otro.

Fue realmente bueno el ser interrumpidos por la luces del automóvil del novio de tu vecina, sin saberlo evitaron tremenda cogedera... ay, el deseo! "entra a tu casa" mandé "entra a tu casa o no respondo" y para ser honesto ya no estaba respondiendo... tú torpe buscando las llaves en tu bolsa... jajajaja me causa gracia ahora más de 20 años después, el recordar el calor y la intensidad que recorría mi cuerpo, me estaba transformando o más bien... me estaba encontrando. Una parte de mi que no conocía, se estaba asomando por el deseo calzado hacia tu cálido evento.... "!trae aquí, yo abro! benditos candados", mientras yo forsejeaba con ellos, ahora que lo pienso debí forsejear contigo y abrirte a ti como querías.... pero vuelvo en sí, y ufff Que ruido que hacen las llaves y los candados con los nervios en punta...

Ya está! - susurré -, entra a tu casa, ya abrí el candado y al verte de nuevo y acercarte para despedirte algo pasó, no sé que fue... apreció tu cintura cautiva entre mis brazos y mi boca intentando explorar tus amígdalas... obvia fue tu reacción al hallarte sorprendida... no sé si ya habías Sido tocada entonces, no me puse a comparar huellas digitales, pero reaccionaste casi casi como mogigata confundida o algo así... suavemente me empujaste y al final entraste... ¡victoria! gritaba una parte de mi y la otra mitad se resintió conmigo: "debimos haberla devorado" - susurraba la voz de mi conciencia, esa ingrata que a veces te dedica un recuerdo y a veces me dice que está mal hacerlo-. Aunque tú boca y tu cuerpo siempre me grita que eres mía.... pero quién sabe a veces uno se equivoca.

Entra Dulcinea que acá esta batalla nadie la ha ganado, entra y conserva cerrada tu flor para mí deseo, que en esta batalla no hubo ganador ni perdedor, pero si hubo un muerto. Nació muerto nuestro primer beso....

 Desde entonces, sus hermanas poesías y canciones lo acompañaron... ¡nacieron muertos! ¡todos muertos! Porque ya tenías comprometida tu palabra y tu cuerpo, pero tu alma y tu boca me adjudicaban propiedad. ¡Ay Neruda! ¿qué me has hecho?


Comentarios

Entradas populares